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Trump da un giro inesperado: pausa arancelaria global de 90 días y embestida total contra China

  • Foto del escritor: Almeida & Alatorre
    Almeida & Alatorre
  • 15 abr
  • 4 Min. de lectura

En un giro que sacudió a los mercados globales y desconcertó a analistas y gobiernos por igual, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció una pausa de 90 días en la imposición de aranceles más altos para decenas de países, con una notable excepción: China, cuyo castigo comercial aumentó hasta un arancel del 125%.


La noticia, publicada inicialmente en su red Truth Social, marcó una drástica reversión respecto a los planes más agresivos anunciados apenas una semana antes, cuando la administración Trump había apostado por aranceles generalizados que provocaron una caída histórica en los mercados bursátiles y una venta masiva de bonos del Tesoro estadounidense.

El efecto del nuevo anuncio fue inmediato: Wall Street celebró con subidas récord, con el S&P 500 escalando un 9.5%, el Dow Jones un 7.8% y el Nasdaq un impresionante 12.1%. La reacción se replicó al otro lado del mundo, donde las bolsas asiáticas también abrieron al alza.

El nuevo plan establece un arancel universal del 10% para más de 60 países, mientras se mantiene la exención para México y Canadá, aliados comerciales clave. Sin embargo, el sector automotriz, así como las industrias del acero y el aluminio, seguirán bajo presión, lo que continúa afectando a productos tanto estadounidenses como mexicanos.


Según Trump, la decisión de moderar su política se debió a que "representantes de 75 naciones" se comunicaron con su gobierno para "negociar una solución" en torno a prácticas comerciales, divisas y barreras no arancelarias. En conferencia de prensa, el presidente se mostró confiado: “Lo único que quiero son acuerdos justos. Se llegará a un acuerdo con China, se llegará a un acuerdo con cada uno de ellos”.


No obstante, la ambigüedad reinó en las horas posteriores al anuncio. Las dudas sobre la aplicación específica de la pausa, la inclusión de ciertos países y la continuidad de aranceles sectoriales dejaron a diplomáticos y analistas escudriñando declaraciones para comprender el alcance real del cambio.


China, el blanco principal

En medio de un aparente repliegue, Trump endureció su postura con China. Mientras concedía respiros a otros socios, elevó los aranceles a productos chinos a un imponente 125%, en respuesta a una subida previa del 84% por parte de Pekín. Acusó al gigante asiático de "falta de respeto" a las normas del mercado internacional y afirmó que "los días de estafar a Estados Unidos ya no son sostenibles".


A pesar del tono combativo, Trump también se permitió una nota de optimismo al afirmar que el presidente Xi Jinping es "un tipo inteligente" y que ambos países terminarán alcanzando un acuerdo. No está claro cuándo ni cómo.


El secretario del Tesoro, Scott Bessent, justificó la escalada con China al señalar que Pekín insistía en “responder” a cada medida estadounidense. Según Bessent, la presión global y el malestar económico fueron factores clave que llevaron al replanteamiento del plan original.“Más de 75 países se han puesto en contacto con nosotros, y me imagino que, después de hoy, habrá más”, declaró.


Mercados aliviados, pero escépticos

La reacción de los mercados fue tan inmediata como entusiasta, pero los analistas no ocultan su cautela. “Aunque el presidente Trump logró resistir la caída del mercado bursátil, una vez que el mercado de bonos también comenzó a debilitarse, era solo cuestión de tiempo antes de que desistiera de sus exorbitantes aranceles”, explicó Paul Ashworth, economista jefe de Capital Economics. Para él, Trump simplemente volvió al enfoque que había prometido en campaña: un arancel universal del 10%.


El panorama europeo también refleja un ligero alivio. La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, se declaró abierta a acuerdos negociados y prefirió destacar la disposición al diálogo por encima de las represalias. “Preferimos no tener aranceles”, afirmó esta semana, en un tono que Trump pareció imitar al declarar que busca "acuerdos justos".


¿Estrategia o improvisación?

Dentro de la propia Casa Blanca, el anuncio provocó una rápida reestructuración del discurso oficial. Funcionarios que días antes defendían una postura inflexible, celebraron ahora la decisión como una jugada maestra. “Se desarrolló exactamente como debía", declaró el asesor comercial Peter Navarro. La secretaria de prensa Karoline Leavitt fue más enfática: “El mundo entero está llamando a Estados Unidos”.

Sin embargo, la oposición no tardó en responder. El líder demócrata del Senado, Chuck Schumer, acusó al expresidente de “gobernar desde el caos” y describió el anuncio como una señal de tambaleo ante la presión.

La gran incógnita es qué ocurrirá en 90 días, cuando expire la pausa.

¿Se habrá alcanzado algún acuerdo concreto con las naciones afectadas?

¿La relación con China se estabilizará o se agudizará el conflicto?


Por ahora, Trump ha evitado el abismo de una guerra comercial total, pero ha dejado la puerta abierta para que este episodio se repita. La realidad es que Estados Unidos se encuentra en medio de una negociación global, con aliados recelosos, mercados volátiles y una estrategia que parece más reactiva que planificada. A tres meses de que esta tregua expire, el mundo estará mirando cada movimiento con lupa.

Porque si algo quedó claro esta semana, es que un solo post de Trump puede sacudir la economía global como un terremoto.

 
 
 

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